“¿Aceptas
serle fiel hasta que la muerte los separe?”- “Sí, acepto” Esta es una pregunta
y una respuesta que escuchamos comúnmente en algunas ceremonias nupciales.
Tristemente en algunos casos, esta afirmación
no llega a cumplirse debido a que uno de los cónyuges rompe con la
fidelidad prometida en el día de la ceremonia.
Hoy
en día, son muchas las causas de divorcios, pero una de las principales causas
son las infidelidades matrimoniales. Este es uno de los acontecimientos que
casi siempre daña profundamente una relación matrimonial, y se requiere de un
gran esfuerzo y madurez espiritual para poder salir adelante de este tipo de
crisis.
El
Apóstol Pablo enseñó en Efesios 5: 22-33 grandes principios sobre el
matrimonio. Aquí se exhorta al hombre a amar a su esposa como Cristo amó a la
iglesia, y se exhorta a la esposa a someterse con respeto a su esposo como
cabeza de hogar. Lastimosamente cuando se le es infiel al cónyuge, se tiende a
perder ese amor y ese respeto del cual habla el apóstol.
El
diccionario define la Fidelidad como “lealtad, veracidad, nobleza y confianza”.
Si partimos de estas definiciones, la fidelidad matrimonial es entonces serle
leal al cónyuge y tenerle confianza al esposo o esposa. Según esto, la
infidelidad matrimonial empieza entonces cuando dejamos de ser sinceros y
honestos con nuestro cónyuge. Un elemento clave en todo matrimonio,
debería de ser la honestidad y sinceridad. Esto es algo muy “trillado” y
“anticuado” para muchos que hoy en día ven el divorcio como “una opción
más” para evitar los conflictos matrimoniales. Si realmente queremos serle fiel al
cónyuge hasta la muerte, deberíamos empezar por ser sinceros con aquella
persona a la cual le juramos amor para toda la vida. Una infidelidad podría
iniciar desde el momento que empezamos a ocultar información a nuestro cónyuge.
Debemos
también recordar que la fidelidad matrimonial es un compromiso hecho con Dios y
con nuestro cónyuge. Hicimos un compromiso con Dios, y le prometimos a Dios
serle fiel a nuestro cónyuge. Cuando somos infieles dentro del matrimonio, no
sólo estamos fallándole a una persona, estamos fallándole principalmente a Dios,
pues no estamos cumpliendo con la promesa que fue hecha el día de la boda.
La
Fidelidad matrimonial es también una Decisión. Recuerdo haber escuchado en un
congreso de Psicólogos la historia de una mujer que manejó varias horas para
poder ver a un terapeuta familiar muy conocido. El esposo de esta mujer le
había sido infiel, y ella buscaba entender porqué él la había cambiado por otra
mujer. La señora finalmente llegó donde el profesional y le dijo: “Dígame, ¿porqué
mi esposo me fue infiel?” y el terapeuta le dio una simple razón: “Señora, su
esposo lo fue infiel porque él quiso serle infiel y porque él decidió serle
infiel”. Esto nos debería recordar que la fidelidad matrimonial es una decisión
y esta decisión debería de estar basada en el amor, respeto y compromiso que
tenemos a Dios primeramente y a nuestro cónyuge.
FACTORES QUE LLEVAN LA INFIDELIDAD
A
continuación se mencionan tres factores que pueden romper la fidelidad
matrimonial y de esa manera destruir el vinculo entro dos personas que se
unieron llenas de amor y esperanza. Lógicamente hay más, pero en el presente
artículo me limito a mencionar solamente tres, y espero que sean de advertencia
preventiva para nuestras relacionas matrimoniales.
1. Cuando
se busca a la persona perfecta: No existe hombre ni mujer perfecta en el mundo.
Hay hombres y mujeres que una vez casados empiezan a buscar perfección en sus
cónyuges, y como no la hayan por ningún
lado empiezan a buscar eso que su cónyuge no tiene, en otras personas. Si se
busca solamente lo malo y feo de nuestro cónyuge, lo encontraremos rápidamente.
Cuando se empieza a buscar “perfección” simplemente no la encontraremos pues
esta no existe en nosotros.
2. Cuando
hay una confianza excesiva en un mismo. Se debe tener cuidado con el hecho de
sostener que “eso nunca nos pasará a nosotros”. Deberíamos siempre recordar que
la tentación está siempre latente y que debemos siempre alejarnos de la
misma. Cualquiera puede ser infiel, y cuando digo cualquiera me refiero al
joven que está en luna de miel, al casado por más de treinta años, al pastor de
iglesia, al terapeuta familiar, el erudito, usted, yo, cualquiera. Eso debe
poner una luz roja de advertencia constante en nuestras relaciones con los
demás.
3. Cuando
se busca una revancha por una infidelidad pasada. En ocasiones, hay infidelidades que ocurren
porque simplemente el otro cónyuge fue infiel en el pasado. Se debe tomar en
cuenta que cuando se perdona una infidelidad no se debe “sacar a luz” el tema
en cada conflicto que se tenga, pues se ha decidido seguir con la persona e
iniciar un ciclo nuevo de compromiso matrimonial. Algunas personas creen que el hecho de haber
sido víctimas de una infidelidad, les da licencia para tener una aventura
amorosa.
CONSEJOS PRÁCTICOS
Finalmente,
quisiera sugerir algunos consejos prácticos que pueden ayudarnos a mantener
vínculos fuertes de fidelidad en nuestras relaciones matrimoniales. Primero,
procuremos siempre ver las cualidades de nuestros cónyuges, recuerde que su
pareja tiene cualidades únicas que no tienen otras personas. Recuerde por qué
se enamoró de él o de ella. Cuide y valore a su cónyuge. Segundo, sea siempre
sincero con su cónyuge respecto a sus amistades. Si su cónyuge sabe quiénes son
sus amig@s del trabajo, estudio, etc. serán relaciones más transparentes.
Tercero, siempre hable a sus amig@s sobre su familia, por su puesto, no para quejarse. Esto les marcará una línea y sabrán que usted le pertenece a
otr@, porque es una persona casada. Cuarto, recuerde siempre que lo que le ha costado construir tanto en su familia,
se puede perder en un breve momento. Conozco casos donde las personas que
fueron infieles nunca más lograron recuperar la confianza y respeto de sus
hijos. Volver a recuperar la confianza, puede ser un proceso muy largo. Quinto, busque siempre ayuda para fortalecer su matrimonio o para trabajar en las áreas de crecimiento que su relación necesita, no renuncie a los votos que hizo cuando estaba en el altar, no destruya su matrimonio; no destruya su familia.
Guadalupe
Mayo
Adaptado del sermón dominical
predicado en Iglesia de Cristo Kennedy.
predicado en Iglesia de Cristo Kennedy.
Junio
del 2011.
Fortalezcamos la Familia.