“…ha
sido el expositor de las Escrituras más original que he escuchado” fueron las palabras que usó el ex presidente de los Estados Unidos
de Norteamérica James Madison para
describir a Alexander Campbell, considerado por muchos como uno de los
principales estandartes de la restauración.
Cuando se estudian y analizan los grandes
aportes que hizo este hombre a los principios de la restauración surgen algunas
interrogantes de mucho interés. ¿Cómo fue que Alexander Campbell llegó a ser
tan diestro en las escrituras? ¿Qué llevó a Alexander Campbell a ser uno de los
mejores oradores de la época? Para poder contestar estas interrogantes de
manera amplia podríamos analizar a profundidad varios aspectos biográficos de
Alexander Campbell, pero basta con ver un día en la vida de este hombre para
tener un claro panorama de cómo llegó a ser líder indiscutible de su época en
temas referentes a las Escrituras.
En los días de Alexander Campbell era muy
común que las personas escribieran sus actividades en un diario, que a su vez
era conservado de manera cuidadosa y diligente. Es así, como tenemos acceso a
un día en la vida del Joven Alexander, el cual tenía solamente 22 años de edad
cuando describió sus actividades diarias en el estado de Pensilvania, meses
después de haber llegado de su natal Irlanda a tierras norteamericanas.
El diario (que fue escrito en latín)
registra la fecha del 02 de Enero de 1810. El Joven Alexander en esta época no
tenía un gran bagaje de experiencia ministerial, tampoco había predicado ningún
sermón de manera pública u oficial ante ninguna audiencia exigente. Curiosamente,
algunos biógrafos de Campbell creen que él se estaba preparando para lo que
sería su primer paso al mundo ministerial. Por este puente hacia el pasado podemos saber
exactamente las actividades que fueron realizadas ese día por el joven aspirante
al ministerio.
Su día empezó como de costumbre para él,
levantándose a las cuatro de la mañana con el compromiso de memorizar diez
nuevos versículos de la escritura (práctica muy común en Alexander desde su
niñez). Después de haber seleccionado los versículos para memorizar ese día,
procedió a leerlos en los idiomas bíblicos originales y los analizó a la luz de
los grandes comentaristas de la época.
El día continúo con las siguientes
actividades:
Lecturas en el idioma griego de 8:00am - 9:00am.
Lecturas en latín de 11:00am a 12:00pm.
Lectura en Hebreo por espacio de 30 minutos
entre 12:00pm – 1:00pm.
Por el resto de la tarde, se narra cómo se
estudió información relacionada con la Historia de la Iglesia y otra literatura
relacionada con las escrituras. Ese mismo día también pasó algún tiempo con dos
candidatos al ministerio, compartiendo información importante relacionada con la
viña del Señor. Para el lector no
resulta difícil entender que las actividades de ese día, giraban alrededor del
estudio de las escrituras y el ministerio cristiano. A medida que estudiamos la
vida de este hombre nos damos cuenta que muchos días del joven Alexander fueron
muy similares a este, enfocados en las escrituras y el ministerio.
Si reconocemos que la vida temprana del ser
humano influye mucho en la vida adulta, podemos entender entonces cómo es que este
joven lleno de ansias por conocer la palabra de Dios, llegó a ser uno de los
máximos exponentes de las escrituras. Su
conocimiento de la palabra de Dios fue algo que se fue construyendo desde su
juventud, y que siguió por el resto de su vida. Si tomamos esto en cuenta,
podemos entender entonces que el ministerio y el conocimiento de las escrituras
es algo que se construye día a día y no algo que surge repentinamente de la
noche a la mañana.
Artículo escrito para
La Voz Eterna Digital
Autor: Guadalupe Mayo
Bibliografía Consultada:
La Voz Eterna Digital
Autor: Guadalupe Mayo
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